Quiero tomarme un momento para compartir contigo mi gratitud. Muchas gracias por haber sido mi terapeuta este año. Me has ayudado a aprender cosas nuevas y eres realmente una persona sabia. Gracias por todas las veces que me diste abrazos, amo tanto los abrazos y a menudo los necesito, y nunca los recibí a menudo con los que me rodean. Sentía que eras la madre que mentalmente necesitaba en mi vida. Siempre hacías todo lo posible por entenderme, muchas gracias por eso. Me encantaba hablar contigo, aunque a veces tuviera demasiado miedo de hablar. Sentía que no me juzgabas cuando te contaba ciertas inseguridades que guardo dentro de mí. Espero de verdad que pases un buen verano y las palabras no pueden describir lo mucho que te echaré de menos. Y una vez más. Muchas gracias.
Joven que recibió servicios de Rise